Paisajes
El Valle de Baztan presenta un paisaje excepcional donde suaves montañas perfilan su horizonte. Un regalo para la vista en el que helechales, pastos y bosques de hayas y robles colorean a su antojo este precioso lienzo sea cual sea la época del año. Ubicado en la denominada Navarra húmeda, senderos, regatas y montañas serpentean entre las típicas bordas y caseríos del paisaje baztanés, mostrándonos como miles de años de interacción entre el ser humano y la naturaleza pueden conformar una unidad singular plena de armonía.
Quince pueblos o Lugares se reparten en un único municipio, el más extenso de Navarra. Una variedad de lugares, casas solariegas y palacios que son uno cuando se habla del Baztan. No existen deslindes, hitos ni mojones. Todos sus habitantes tienen aprovechamiento común en las hierbas, pastos, aguas y cortes de leña. Todos llevan el mismo escudo, y todos ellos, además, son hidalgos de origen, es decir, nobles por el mero hecho de haber nacido en una tierra que en si misma tiene calidad de nobleza.
Este paisaje intimista resguarda el patrimonio cultural de quienes han sabido conservar vivas sus readiciones y que, coloquialmente, se expresan a diario en la lengua milenaria Navarra, el euskera. Un paisaje, en resumen, donde los factores naturales y humanos se han fundido con tal intensidad que ni los avatares de la historia ni las adversas economías de siglos han podido sustraer personalidad a esta tierra tan idílica como sugerente, tan misteriosa como hospitalaria. Así es el Valle de Baztan, apasionante y en igual medida, inolvidable.